El aumento de mamas es sin lugar a dudas una de las cirugías más seguras y gratificantes para la paciente, ya que el resultado es inmediato. Sin embargo, no está exenta de complicaciones y riesgos, inherentes a cualquier actividad humana incluida la cirugía. En cualquier caso la incidencia es muy baja (un 2%).
Hematoma
La incidencia de esta complicación es de un 1% y está asociada sobre todo a la colocación submuscular. La colocación subfascial/subglandular tiene menos riesgo de sangrado. Otros factores que pueden hacer que una mama sangre son la hipertensión arterial o factores como tos violenta o vómitos tras la cirugía. Normalmente es una complicación que aparece de forma inmediata. Nosotros siempre dejamos unos drenajes durante unas horas para que nos sirva de indicador del sangrado postoperatorio y elimine la sangre que pueda quedar dentro del bolsillo y que se sabe que puede influir en la aparición de una contractura capsular. Si aparece un hematoma importante en el postoperatorio inmediato, puede requerir una reintervención para solucionarlo.
Infección
Siempre administramos antibióticos, además de seguir todas las recomendaciones necesarias para evitar la infección. Esta puede ser únicamente de la herida o afectar al implante. En caso de que exista una infección del implante es necesaria su extracción. Puede repetirse el aumento pasados 3-6 meses.
Mala cicatrización
La cicatrización es un proceso específico de cada persona. Siempre intentamos que las cicatrices queden en sitios ocultos y utilizamos las mejores suturas y más finas para el cierre de las heridas. Sin embargo, puede ocurrir que se produzca una mala cicatrización en forma de hipertrofia o queloide y que puede requerir tratamientos adicionales.
Ciertas medicaciones y enfermedades (diabetes) pueden interferir en la cicatrización. Ha de discutir con el cirujano la incidencia que pueden tener estos factores en su caso.
Necrosis cutáneas
Extremadamente infrecuente, y si ocurre puede estar relacionado con algunos tipos de infección cutánea.
Trastornos de la sensibilidad
Tras la cirugía es normal tener una disminución de la sensibilidad en la mama y/o en el complejo areola-pezón. Suele ser temporal y resolverse en unos 3-4 meses. Sin embargo, puede producirse una pérdida de sensibilidad permanente en ciertos casos excepcionales que pueden estar relacionados con variaciones anatómicas del recorrido de los nervios responsables.
Asimetrías
Todas las personas somos asimétricas. No hay dos mamas iguales y usualmente una es ligeramente más grande o está más baja que la otra. Un 90% de las pacientes tienen algún tipo de asimetría. Las prótesis incrementan el volumen pero no influyen para nada en la posición de las mamas. Si las areolas están separadas lo seguirán estando, y si había una ligera asimetría de tamaño, permanecerá tras la operación. Sólo en asimetrías de volumen significativas se pueden poner prótesis de diferente tamaño en las mamas, pero seguramente seguirá existiendo asimetría tras la cirugía.
Ciertos factores pueden hacer que los implantes se desplacen y de lugar a una asimetría. Las prótesis anatómicas si se giran o desplazan darán lugar a una asimetría que requerirá reintervención (la frecuencia de giro con estas prótesis es de un 2-3%). La contractura capsular puede ser también una causa de asimetría.
Arrugas visibles
En pacientes muy delgadas puede ser que se vean los pliegues de la prótesis («rippling»). Las anatómicas de gel cohesiva tienen una menor incidencia de este fenómeno.Se suele ver en pacientes muy delgadas.
Dolor
La apreciación del dolor es muy subjetiva y es un factor muy individual. En términos generales la implantación submuscular duele más que la subfascial/subglandular. La persistencia de dolores crónicos es rarísimo y suele estar asociado a factores psicológicos.
Rotura del implante
Normalmente está asociado a traumatismos importantes sobre la mama o a maniobras como la capsulotomía cerrada en el contexto de una contractura capsular. Se desconoce cuál es la vida de un implante dentro del cuerpo. Pero está claro que sufren un desgaste y puede ser que la prótesis se rompa en algún momento. La rotura puede ser completamente asintomática o dar lugar a:
- Contractura capsular.
- Nódulos
- Disminución del tamaño de la mama
- Distorsión de la mama
- Asimetría
- Dolor o sensibilidad aumentada
La rotura del implante no es un riesgo para la mama o para la salud. Puede diagnosticarse mediante mamografía u otras pruebas como ecografía o Resonancia Magnética. En caso de confirmarse la rotura es preciso practicar una cirugía de recambio.
Difusión del gel
En caso de rotura el gel puede salir fuera de la prótesis pero normalmente queda contenido dentro de la cápsula. Si atraviesa ésta, la silicona es recogida por las células barrenderas del cuerpo, los macrófagos, y aislada. En las prótesis de gel cohesivo, este no sale al exterior debido a su viscosidad y consistencia.
Las prótesis nuevas tienen además dos o tres capas de envoltura que hacen que la salida espontánea de gel sea mínima, y más aun si se trata de gel cohesivo.
Contractura capsular
Todas las prótesis se encapsulan, lo cual es un fenómeno normal. Sin embargo, si esta cápsula se endurece se produce lo que denominamos contractura capsular. La incidencia de esta complicación es muy variable. En nuestra experiencia es del 1%. La contractura capsular puede ocasionar:
- Endurecimiento de la mama
- Dolor
- Sensibilidad
- Arrugas y distorsión
- Desplazamiento del implante
En casos leves puede no requerirse ningún tratamiento. Actualmente contamos con una medicación, el zafirlukast, que puede ser útil para el tratamiento de la cápsula (su uso debe ser bajo estricta supervisión médica). En casos severos puede ser necesaria una intervención quirúrgica que consiste en el debilitamiento (capsulotomía) o extirpación (capsulectomía) total o parcial de la cápsula y posible sustitución de los implantes de silicona.